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¿Condena la Biblia el uso moderado de estas sustancias?

Veamos algunos ejemplos bíblicos de personas que usaron alcohol, así como los efectos que tuvieron en sus cuerpos.

Ejemplos Bíblicos:

Aarón y sus hijos, los sacerdotes, tenían estrictamente prohibido beber cualquier vino o bebida fuerte cuando estaban dentro del tabernáculo para ministrar delante del Señor (Levítico 10:9). Además, los nazareos tenían prohibido usar vino mientras estaban bajo el voto (Números 6: 3, 20; cf. Jueces 13:4-7). Los Recabitas vivieron un significativo ejemplo de permanente abstinencia del vino, adhiriéndose estrictamente al mandato de su antepasado, Jonadab, para abstenerse de él (Jeremías 35:2, 5, 6, 8, 14). El libro de Proverbios esta repleto de advertencias contra la indulgencia hacia el vino y demás bebidas fuertes (Proverbios 20:1; 21:17; 23:30, 31; 31:4). El vino se burla de aquellos que lo usan (capítulo 20:1), y los recompensa con aflicción, dolor, lucha y heridas sin motivo (capítulo 23:29, 30). “Mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor.” (versículo 32) El profeta Isaías declaró, “¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida…” (Isaías 5:22) Daniel y sus compañeros dejaron un digno ejemplo cuando se rehusaron a beber el vino del rey (Daniel 1:5, 8, 10-15). Al ayunar más adelante en su vida, Daniel se abstuvo de “carne” y “vino” (Daniel 10:3).

La palabra usada en el Nuevo Testamento para referirse al vino, ya sea fermentado o no, es OISNOS. Jesús comparó su revolucionaria enseñanza con el nuevo vino, el cual rompería las viejas botellas de la tradición (Mateo 9:17). Pablo advirtió a los creyentes en contra de la bebida (Efesios 5:18), y declara que los diáconos no deberían ser “adictos a mucho vino” (1° Timoteo 3:8). Él aconsejó a Tito sobre las mujeres mayores de edad, quienes no deberían ser “esclavas de la bebida” (Tito 2:3)

Por revelación sobre un trastorno digestivo, Pablo recomendó “un poquito de vino” a Timoteo. Demos un vistazo a 1° Timoteo 5:23 en particular. Trastornos físicos como lo es la disentería, a menudo debida al agua contaminada, eran situaciones comunes. En consecuencia, a menudo se recomendaban otras maneras de apagar la sed. Algunos comentaristas creen que Pablo aquí estaba refiriéndose al uso moderado de vino fermentado con un propósito médico. Ponen énfasis al hecho de que el vino, a través de los siglos, ha sido usado para esto. Otros dicen que Pablo se refiere al jugo de uva sin fermentar, su razonamiento se basa en que él no daría un consejo contrario al resto de la Escritura, la que advierte en contra del uso de bebidas tóxicas (ver Proverbios 20:1; 23:29-32). El propósito del consejo de Pablo es que Timoteo pudiera estar físicamente preparado para los pesados deberes que descansaban sobre él como administrador de las iglesias de Asia Menor. La preparación moral y mental está relacionada muy de cerca con el bienestar físico. Aparentemente Timoteo se enfermaba muy seguido. Un cuerpo frecuentemente enfermo no es una buena propaganda para ninguna clase de reforma pro-salud.

EFECTOS DEL ALCOHOL/ EL VINO EN NUESTRO CUERPO

Nuestros cuerpos son templos donde mora Dios a través del Espíritu Santo (1° Corintios 3:16, 6:19). Dios está atento a cómo tratamos nuestros cuerpos, su obra de arte sin igual (1° Corintios 3:17). El sabio Salomón dijo, “El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra nos es sabio.” (Proverbios 20:1) Y otra vez dice, “No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente…” (Proverbios 23:31) ¿Por qué?

El Centro de los Estados Unidos para el Control de la Enfermedad dijo después de 5 años de estudio, que el alcohol es el agente número 2 de muerte en América. Entre los órganos humanos dañados se incluyen:

1) Pulmones - donde la acción ciliar y la acción de los glóbulos blancos (de limpieza o defensa) son impedidos y el surfactante disminuido.

2) Cerebro - sólo un trago por mes triplica las hemorragias – el 67% de los bebedores sociales tienen contracción o atrofia de la materia gris en sus cerebros. La ira y la depresión aumentan en las mujeres que toman alcohol incluso cuando están sobrias.

3) Reproducción - aún una sola bebida que la madre tome en la época de la concepción, podría dañar el futuro del niño tanto en su desarrollo como en su coeficiente intelectual.

4) Huesos - el alcohol disminuye la inmunidad, el alcohol disminuye la regeneración de los huesos, dos tragos por día duplican las fracturas de cadera y vértebras.

5) Corazón - el alcohol causa el 50% de los problemas de dilatación del músculo cardíaco.

6) Cáncer - el alcohol está relacionado con el 90% de los casos de cáncer de hígado y esófago - con el 75% de los cánceres de boca - con el 33% de los cánceres de recto. Solamente una bebida por semana conduce al aumento del 60% en cáncer de pecho. El Dr. Bruce Ames destaca que el vino y la cerveza clasifican como 7 veces más peligrosos que el resto de los 14 ítems de riesgo cardiogénico (causantes de cáncer) considerados en conjunto.

En San Juan 10:10 Dios dice, “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Al tomar bebidas alcohólicas participamos en destruir no sólo nuestra propia vida sino también la vida de otros, muy a menudo. Dios dice, en Isaías 1:18, “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta.” (Otra traducción: “Venid y razonemos juntos”) Con el uso de alcohol podemos bloquear temporaria y permanentemente nuestra capacidad de razonar. Entonces, para un cristiano, ¿será bueno beber alcohol, o no?

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